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martes, 9 de marzo de 2010

Intervención psicopedagógica en equipos deportivos- El Proyecto ADIUR (Asoc.Deportiva Infantil Rosario) Psicop.Belén Salvucci

La competencia deportiva actual demuestra que la preparación física, técnica, y táctica no es suficiente para obtener resultados deportivos de envergadura. Por lo que se hace indispensable la necesidad de un cuarto tipo de preparación del deportista: La Psicológica y Psicopedagógica.
Ambas disciplinas confluyen en el área deportiva tomando como punto de partida el aprendizaje de los niños y considerando que el deporte constituye un espacio donde el niño comienza a prepararse física y emocionalmente permitiéndole encontrar sus propias posibilidades, a partir de una búsqueda del bienestar personal a través de lo grupal. También es un espacio que ayuda a generar condiciones de mayor adaptabilidad a situaciones problemáticas de la vida cotidiana.
En este sentido, la intervención psicopedagógica que se desarrolla en un equipo deportivo infantil debe tener en cuenta en su planificación y desarrollo los efectos que pueden producirse en estas edades de iniciación deportiva, así como el establecimiento cada vez más marcado de su “profesionalización”, o el abandono casi inminente de la conciencia de que en este período de tiempo es en el que ha de generarse un importante bagaje de aprendizajes tácticos y técnicos que permitirán posteriormente el desarrollo de las cualidades deportivas específicas en su modo más optimo.
A su vez, en esta etapa es donde comienzan a desarrollarse funciones cognitivas como la percepción, atención, concentración, discriminación, entre otras. Funciones que son la base para la incorporación de cualquier aprendizaje a través de la experiencia, donde podemos incluir las prácticas deportivas.
Por otra parte, las cuestiones emocionales cumplen un papel importantísimo en el desarrollo de cada niño. No debe olvidarse que el niño-jugador es también hijo, hermano, compañero, amigo, etc. Por esto, es necesario tener en cuenta que cuando un niño baja su rendimiento pueden existir diferentes causas. Es en este espacio psicopedagógico donde pueden detectarse dichas dificultades, como también síntomas que requieran una intervención psicológica.

Es en el deporte infantil donde encontramos las “figuras” de nuestro “futuro deportivo”, pero también es cierto que dependiendo de las características que antepongamos en la formación y entrenamiento a estos niveles, obtendremos niveles de rendimiento posteriores y un desarrollo personal y profesional más o menos adaptado.
Siguiendo esta línea, los efectos positivos que se originan de la práctica de un deporte en edades tempranas dependen de cómo se oriente la actividad deportiva, de la importancia que se otorgue al aprendizaje. Para ello es fundamental que se estructuren los medios necesarios para coordinar todas las acciones que fomenten el rendimiento, aprendizaje, bienestar y desarrollo personal. Sólo de ese modo se accederá a importantes beneficios a través de la práctica deportiva, siendo este el objetivo último que se pretende lograr a través de la actuación psicopedagógica pertinente.

En deportes de conjunto, el objetivo general de realizar una intervención psicopedagógica desde las etapas iniciales del entrenamiento de los chicos es lograr la integración plena de cada deportista al equipo y el compromiso con el mismo.
Por otro lado, el trabajo apuntará también al desarrollo de habilidades y competencias cognitivas y sociales, así como ciertas actitudes (entendidas como “disposición para”), autoestima, autoconcepto y confianza, que permitirán optimizar el rendimiento deportivo. Nuestra finalidad es que cada niño aprenda a aprender.
Para conseguirlo, trabajamos a partir de actividades lúdicas, a nivel grupal, que apunten a:
· La reflexión sobre las experiencias vividas,
· La socialización,
· La comunicación,
· La confianza,
· La participación.
· El trabajo cooperativo
Por otro lado, otro tipo de actividades apuntarán a la estimulación, el desarrollo y afianzamiento de:
· La atención,
· La memoria (memoria de trabajo),
· Organización espacio-temporal,
· Planeamiento (formulación de estrategias, toma de decisiones),
· Flexibilidad cognitiva.
El trabajo también apuntará a prevenir situaciones emocionales que atenten contra el rendimiento deportivo, individual o grupal; apoyar y guiar a los padres sobre las implicancias de tener un hijo deportista; y a favorecer las situaciones de enseñanza-aprendizaje entre el entrenador y sus jugadores.

Considerando que el objetivo del proyecto es el óptimo rendimiento deportivo, consideramos pertinente que el control y evaluación de los objetivos propuestos se realice conjuntamente con el cuerpo técnico, para determinar avances y estancamientos en la tarea.
De este modo, se trata de evitar que los chicos, que además de rendir deportivamente deben hacerlo académicamente, sientan la presión de una instancia más de evaluación.

Es importante tener en cuenta que se trata de un tipo de intervención relativamente nueva, en constante desarrollo, pero consideramos que logrando formar un buen equipo de trabajo se alcanzarán los objetivos propuestos.

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